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  LICA Magazine - Nº 89
   
 

Lorena Rossini

Inicios:
Empecé en el mundo del hockey,  aproximadamente a los quince años. El papá de una amiga que jugaba en el Club Matreros, me insistió y terminé diciendo que sí. Igual no me quedé mucho tiempo. 
Después seguí entrenando con una profesora que daba clases en el colegio Sofía Bunge, llamada Laura Besola. De ella aprendí todo lo que sé.
Con el correr del tiempo el G.E.I nos dio la posibilidad de entrenar en su predio, y una vez allí, terminamos formando el hockey del club. (La realidad es que todas seguíamos a Laura).
Pero las vueltas de la vida, de un momento a otro, decretaron que Laura se fuera, quedándome yo a cargo de todo.

Se ve que algo habías aprendido!
Mas que saber, lo mío eran “puras ganas”.
Fue el trabajo más hermoso y gratificante que tuve en la vida. Entrenaba a jugadoras que iban desde los tres años hasta los veinte. Llegué a tener cinco equipos que participaban en infinidad de torneos.
Venían las que ya estaban, las hermanas,  las primas, las amiguitas…
Lo bueno fue que Horacio,  el dueño de las canchas donde entrenábamos en ese momento, era también el Director de Deportes de la Universidad de Morón, institución en la cual yo estaba estudiando.
Al ver como trabajaba me propuso la Dirección Técnica del equipo universitario, a cambio de media beca. Obviamente le dije que sí, primero  porque me gustaba la idea y segundo porque la beca me venía bárbara.
Estuve al frente del equipo por un año, y con la beca … toda la carrera!

Y en ese entonces que estabas estudiando?
Ni bien terminé el secundario barajé tres posibilidades: Veterinaria, Profesorado de Educación Física y Contador Público.
Para estudiar Veterinaria tenía que irme demasiado lejos.  Entonces, decidí cuidar bien a los perros de casa. Con eso ya cumplía la cuota.
Como Profe de Educación Física me iba a morir de hambre (risas).
Por esas dos razones elegí ser Contadora, carrera con la que actualmente me muero de hambre (risas), pero no tanto.

Tus jugadoras te hacían caso?
Cuando me quedé a cargo de mis compañeras, muchas se fueron. De todas maneras los equipos se  fueron renovando y pude dirigirlos a mi manera.

Cómo eras como entrenadora?
Dura. Mala (risas).
Las hacía correr un montón.

Este fue el mejor de tus trabajos.  Tuviste otros?
Sí, pero casi todos relacionados a mi carrera.
Trabajé en un estudio contable durante diez años, con clientes muy grandes y medianos.
Hoy ese mismo lugar, es el estudio contable de mi marido. En realidad, el era mi jefe (risas).

Con cuantos años entraste?
Empecé a trabajar en el estudio a los 23 años, con responsabilidades de “pichi” y después salté a los clientes grandes grandes.

Notaste el cambio, al trabajar con muchos más ceros?
Es lo mismo.
Viste cuando te vas a operar que escuchás  a los médicos hablar de cualquier otra cosa y vos pensás: “hey…  no se olviden de mí que estoy acá”. Bueno… en este rubro es igual.  Los únicos meses en los que realmente uno quiere dejar de ser contador, son marzo y abril,  porque se vence absolutamente todo.

Sin irnos del tema, pero yéndonos un poquito. Quién de los dos dio el punta pie inicial?
Yo (risas).
Después de estar diez años inmersa en los números,  un  día en que Jorge  (mi marido) cumplía años, le tiré: “Feliz cumple.  Podríamos salir a festejar, no?”. A  lo que él respondió: “Bueno, dale. Pero yo invito”
Desde esa salida, que fue un veintiuno de Diciembre, nunca más nos separamos.
Todo se dio de forma natural. Nada forzado.

Es de venir a verte?
Él también es deportista. Juega al tenis, por eso me entiende y deja que venga sola.

Volviste a las canchas hace poco, no?
Si, hace un año. 

En el interín, qué hiciste para compensar la ausencia de este cable a tierra?
Hice un curso, para dar clases en gimnasios. La profe que tengo reprimida, la dejé salir por el lado del aerobox, pegando unos gritos bárbaros.

En qué año diste clases?
En el 2001, ni bien estalló el país. Fue una etapa en la que quería divertirme más. Pasarla bien!

Totalmente desinhibida?
Totalmente!
Igual no es nada fácil. Hay que estar en frente de una clase, con adultos que te miran raro.
Te tiene  que gustar.

En tu profesión, sos de tener personas a cargo?
Sí.
Ni bien me puse a salir con mi marido, me fui del estudio a trabajar para una empresa como Jefa de Contabilidad.

Mismo formato que en tu rol de profe?
Sí. Muy exigente.
Soy copada siempre que se cumplan los objetivos.
Jamás te voy a hacer quedar hasta las 22 hs. De tener que quedarte, yo me quedo con vos.
Trato de colaborar, y una vez finalizado el horario laboral, todos somos iguales. Es más, soy de fomentar la interacción más allá de la oficina. Me gusta que la gente se conozca.

Hoy en día, seguís teniendo gente a cargo?
No. Hoy me encuentro trabajando de manera independiente.

Clientes con muchos ceros?
No, de los que tienen poquitos (risas).

Tenés una hija?
Si. Una niña del hoy,  que al parecer, me va a salir cantante.

Veo que no te falta nada…
La verdad que no. Me siento plena.  Tengo una hija divina, un marido maravilloso, una familia maravillosa, mis padres están sanos, West Team es lo más…
Estoy en un buen momento.

Tur frase?
Lo que más fuerza me da en la vida, es la sonrisa de mi hija. Por eso la frase sería: “La sonrisa de Agustina lo puede todo”.

Nota: Estanislao Chiara Vieyra

 

West Team B 3 vs Kamea 0

Al parecer el West Team Camp de verano, impartido en las playas de Indonesia por las hermanas Antuña y Ceci Mallarach, cumplió con todos sus cometidos.

El espíritu jovial e inteligente, transmitido por las mentoras de esta realidad, supo inculcar, mediante exigentes clases a orillas del Océano Indico, el inigualable estilo del Oeste, comprendido a la perfección por Lorena Rossini, Alejandra Coutinho y Flavia Badialli, y demostrado en pleno campo de jugo ante el debutante de la categoría “Kamea”, equipo  dirigido de manera extraordinaria por Karina Delisi.

El inicio de las acciones tuvo mucho de lo aprendido en el sureste asiático. Los conocimientos impartidos por la tribu Asmat, le permitieron a Roxana Fortunatti (West Team), diseñar de manera idónea  los palos de hockey con los que el tridente Rossini/Coutinho/Badialli, a los 45 segundos del partido, conseguiría el primer corto del encuentro generado por la intensa marca de Estela Aguilar (Kamea), frente a  la intromisión desmedida de Lorena Rossini, por el sector derecho del área.

Servicio de Reggio, recepción de Badialli, vuelta con Gabriela Reggio, pase a Rossini, impacto y… primer gol del partido!

Tras el sonido de tabla, la vuelta a las acciones tuvo en Kamea un compromiso defensivo. Silvia Chocha jugó corto con Noelia Arce llevando la bocha hacia delante, secundada por detrás por Romina Cabrera y Carla Catañon, deportista intrépida que ante la recuperación de West Team, dejó todo para retomar la posesión de la pelota.

Pero, el espíritu de lucha tomado de la tribu Ndani, oriunda de la provincia de Papua, dejo en Flavia Badalli un ápice combativo, que le permitió recuperar la bocha con celeridad, disparando un centro objetivado en la presencia de Roxana Fortunati, quien luego de la recepción cambió por corto dicho envío, ante la marca de  Noelia Arce (Kamea).

Sin embargo en esta ocasión, el pie de Coutinho (W. Team), salvaría la valla de Eliana Alvares (Kamea).

Los barridos a manos juntas de Carla Castañon (Kamea), fueron la mejor opción, en este tramo del partido, para descontracturar la defensa del equipo violeta.

Con fuertes gestos, Carla logró llevar la bocha más allá de mitad de cancha, brindando una opción defensiva alejada del  semicírculo propio. Una estrategia para nada desestimable en un primer partido de campeonato.

Lamentablemente  la semana  de convivencia con la tribu Kamoro, doto a las jugadoras de West Team de la habilidad para permanecer sin complicaciones en medio de la selva, a pesar de encontrarse, más que rodeadas.

Mariana Rodriguez Vimo, última defensora del equipo fuccia, junto a sus compañeras,  a partir del minuto 10 plantó bandera en la mitad contraria, olvidando aquellos rasgos que alguna vez la unieron a Paola Berlingo (arquera W. Team),  jugadora que luego de esta acción, permanecería solitaria hasta el final del partido.

Gracias a esta enorme cantidad de jugadoras, apostadas 100% al ataque, Lorena Rossini logró desbordar con pelota controlada por banda derecha, expulsando un centro gol,  rechazado en primera instancia por Eliana Alvarez (Kamea) y re direccionado a la tabla por Alejandra Coutinho (W. Team), para poner las cosas dos por cero.

Tan sólo un minuto más tarde Flavia Badialli logró utilizar la técnica empleada por su mentor de la tribu Korawai, visitada en la última semana del West Team camp, empleando la “pesca distraída”, de una bocha que tras toparse con ella, envió a Lorena Rossini, sin desentenderse de la jugada, para más tarde tomar el centro de revés de Lorena y desviar a la tabla una jugada iniciada y finalizada en su propio palo.

Ya con el partido tres a cero Cecilia Soto (W. Team ) alineo a su equipo con la intensión de  consumir minutos, dejando el peso del compromiso en los intentos de Jesica Bianchi y Mica Tello (Kamea), quienes dejaron todo para hacer del evento, algo más que un aprendizaje defensivo.

Felicitaciones West Team B, por haber enriquecido su juego en un viaje tan revelador y Felicitaciones Kamea por asumir con total seriedad, su primer compromiso.

Nota: Estanislao Chiara Vieyra

Cayus Clown 0 vs Stella Maris 0

A pesar de contar con Mariana Lopez Córdoba (Cayus), algo sentida en su pierna izquierda, Cayus Clown supo disimular esta desventaja con jugadas  preparadas (Flic mediante), que equilibraron una balanza desproporcionada desde el arranque del partido.

Ya al minuto de juego, los inusuales gestos de despido de Paola Boero, llevaron a Cayus hacia el área opuesta, sumando las presencias de Paola Garacciolo y Marcela Bervestein, para librar una batalla cuerpo a cuerpo con Mariana Carreño (Stella Maris), quien consciente de sus quites precisos  logró llevarse el duelo, siendo acompañada en el correspondiente contra golpe por Sabrina Verzi y María Rosa Bosc, para sellar así, el  primer disparo intimidatorio del partido.

Sin embargo, la réplica tras la salida, no tardó en decir presente.

Construyendo una pared kilométrica de punta a punta, Paola Garacciolo y Paola Boero (Cayus), lograron producir el sobresalto de Karina Vino (Stella Maris), asentando el terreno de un partido repleto de insinuaciones, pero con pocas jugadas determinantes.

Tomando por sorpresa el campo opuesto, a los 8 minutos,  el  bloqueo de Alejandra Djourian y Marcela Bervestein (Cayus),  se alzó con el primer corto del partido, producido por el pie distraído de Silva Garin (Stella Maris), el cual culminó en dos situaciones  continuadas definidos mediante  el fuerte push de Ivana Forján a los pats de la arquera, dejando las cosas como al comienzo y confirmado la sospecha de un partido sin jugadas determinantes.

Ante semejante  escenario de incertidumbre, el partido reclamó nombres, y Yanina Caminata (Stella Maris) acudió al llamado.

Con bocha controlada y a fuerza de infracciones, esta jugadora logró enredar en su telaraña a la defensa opuesta, especulando con la regla de los tres metros para extraer en tan sólo 30 segundos, el primer corner corto para su equipo, servido por Mariana Carreño y definido por la gestora de esta jugada, apenas desviado.

Dos cortos más producidos por la misma mecánica, instalarían a Stella Maris a las puertas de la victoria, cayendo en última instancia por pequeños desajustes, propios de una primera fecha.
Cayus también lo tuvo a través de la habilidad de Ivana Forjan, pero el día de los días, (al menos en este partido), no llegó a ser el día esperado!

Todo un cero a cero.
De seguro la vuelta, será diferente.

Nota: Estanislao Chiara Vieyra.

Actitud Mata Talento 1 vs Ferro 0

Puede que discrepe un poco  en relación a uno de los nombres de los equipos protagonistas, porque en Actitud mata talento, el talento … es lo que sobra.
Si bien el juego del  equipo blanco y verde tardó un tiempo en revelar su verdadero rostro, mucho de esto se debió a la impronta presentada por Amelia Polisio y su séquito de escuderas.

Con un juego amenazante que transito a lo largo del partido, entre la pegada certera y el dribling preciso, Amelia (Actitud) se condujo verticalmente, limpiando jugadoras a su paso esperando el momento oportuno para dar ese toque que marcara la diferencia.
Sus compañeras… Agradecidas!
Pero el hecho de que Amelia haya sido eje de las construcciones de su equipo, no le quita mérito al resto de sus compañeras. Al contrario, sin ellas “Actitud” no sería sinónimo de juego asociado.

Por medio de  despliegues a un toque iniciados en  Amelia y seguidos por  Sabina Ribero, Hayde Salvatierra y Mariana Diloreto, Actitud marcó su territorio al minuto de juego, perdiendo la bocha en última instancia ante el desempeño más directo de Ferro, llevado a cabo por Natacha Guashe, Lorena Caviglia y Fabiana Romano, quienes sin tanta intermediación, consiguieron el  mismo resultado movilizándose únicamente hacia delante.
Fue en este proceder, que Ferro consiguió el primer impacto al arco del  partido al sumar también la presencia de Sonia Ramirez, la cual apareció en último momento, golpeando una bocha que por poco no se transformó en el primer gol del encuentro.

Con la intensión de sorprender, Actitud reinició las acciones mediante las pegadas de Amelia en busca de Sabina Ribero y Mariana Diloreto.  Este accionar las mantuvo por un tiempo prolongado cerca del área contraria, sufriendo la intervención de Fabiana Romero (Ferro), la cual irónicamente retornó al palo de Amelia, para que esta, ahora sí, más cerca de su objetivo primario desplegase toda su potencia a manos juntas, logrando el desvío oportuno de Miriam Segala, para poner las cosas uno por cero.

A partir de este momento, con una actitud mucho más serena, el talento  se instaló en la cancha número dos, de forma permanente.
Triangulaciones de revés de canto entre Amelia, Ahyde y Mariana Diloreto, se tornaron frecuentes. Los centros con la intensión de emular el primer gol de Miriam Segala, también lo hicieron.

Esta búsqueda inteligente del segundo gol del cotejo posibilitó al minuto 13 el primer córner corto del partido, errado en último momento por cuestiones coordinativas, difícilmente repetibles.

A pesar de esto, la pronta recuperación de Mariana Diloreto tras la salida, posibilitó la sociedad con Miriam Segala, quien encarando la línea exterior derecha del área opuesta, sacó un tremendo disparo que resonó el palo derecho defendido por Jessica Chab (Ferro), en lo que perfectamente pudo haber sido la confirmación absoluta del momento “Talentoso”.
Pero el tiempo de Ferro tenía que llegar, para al menos alzarse con un empate, en los últimos minutos de juego.

La habilidad adormecida hasta entonces de Lorena Acebedo mostró todo su repertorio con corridas, giros, conducciones de observación y disparos, que sumados a los de Fabiana Romano, insinuaron… pero no alcanzaron.

Felicitaciones Actitud!
Interesante demostración de conocimiento mutuo!

Nota: Estanislao Chiara Vieyra

 
   
   
 
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